Woody Allen vuelve a sorprender. El director neoyorquino parece amar profundamente las principales ciudades europeas. En su anterior cinta eligió Barcelona como escenario y esta vez ha sido la ciudad del amor la absoluta protagonista.
Y el amor, o más bien las relaciones amorosas son también las protagonistas de esta película. Los líos de variopintos personajes llenan el film de surrealismo (especialmente la historia protagonizada por Benigni)en un ambiente alocado y divertido.
El director presenta cuatro historias con pueblerinos, prostitutas, estudiantes de arquitectura y renombrados arquitectos como protagonistas. Los escenarios de todas las tramas son espectaculares (y es que en Roma todo rincón lo es). Los enredos tienen lugar en un presente de historias cotidianas como la de un policía de tránsito o un vecino que pasa demasiado desapercibido.
El elenco de estrellas que protagonizan las historias es impresionante: Alec Baldwin, Elen Page, Penélope Cruz, Roberto Benigni, Jesse Eissenberg y hasta el mismo Woody. Este último, utiliza nuevamente sus temas más recurrentes como jugo de la película: la infidelidad, la fragilidad del amor, el temor a la vejez...
Entretenida y fuera de lo común, hace pasar un buen rato y sobre todo nos permite admirar las dotes representativas de una imponente Penélope Cruz.
